Y cuando ya no le ves, cuando ya no le sientes o no sabes nada de él; es un vacío inmenso que te inunda por dentro, como si algo te faltase: como un barco a la deriva, o un naufrago en una isla desconocida, como si esa pieza imprescindible de tu puzzle se hubiera perdido y nunca volvíeras a encontrarla...
Como si fuera el final de todo y te costase respirar y aguantar las lagrimas.
Un "buenos días princesa" al despertar , y un "dulces sueños cariño" al acostarte. Los pequeños detalles marcan la diferencia, Y cuando no los tenemos es realmente cuando los echamos de menos.
Y dormimos soñando que ese día nunca llegue.
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